«La “Mater Orphanorum”
es misionera por su nacimiento,
por su ideal y por sus conquistas generosas».
Este párrafo de las constituciones de las Oblatas de la Mater Orphnarum configura la identidad de esta benemérita institución y traza un programa apostólico de máxima actualidad.
Desde el 8 de septiembre de 1945, fecha en que el primer núcleo de Oblatas se formó, bajo la protección de la Madre de los huérfanos, en Castelletto di Cuggiono (MI-Italia), hasta el día de su erección canónica (18-4-1967), el pequeñísimo grano de mostaza se ha convertido en un auténtico árbol: una docena de comunidades en Italia, con cientos de huérfanas que han encontrado aquí una casa y una sonrisa, un en el hermoso templo -el primero en Italia dedicado en honor de la Madre de los huérfanos-, varios centros misioneros en América Latina (Guatemala, El Salvador, Colombia...), una misión en tierras de África (Camerún).
La Obra surge bajo la inspiración del corazón generoso de un somasco: el Padre Antonio Rocco: en su interior nace una inquitud, a la sombra del santuario de el la “Madonna dei Miracoli”, de Corbetta (Norte de Italia); poco a poco, va tomando forma tímidamente, en la humildad y en el silencio, iluminada tan sólo por dos grandes luces: la devoción a la Virgen, bajo el título de Madre de los huérfanos, y el amor a los huérfanos.
La sencillez es la característica fundamental de esta Obra. Sencillez en el hábito de la Oblata, que es, ni más ni menos, que el vestido normal de las mujeres sencillas del pueblo, lo cual les permite una total desenvoltura e inhibición en el servicio y en su relación con la gente, especialmente con los niños. Sencillez también, aunque esencial en su brevedad, la del texto de las Constituciones: ¡pero inconmensurable la fecundidad que garantiza esa misma sencillez, cimentada en la doctrina más pura de la iglesia!
Con una fuerte huella mariana, toda la ascética más pura y genuina de la caridad y de la unión con Cristo se vive aquí bajo el conocido lema: "por María, con María, en María, a María".
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