donde por entonces era párroco
de la parroquia somasca de Santa María Magdalena, la
Congregación de las Madres Somascas,
hijas de San Jerónimo Emiliani.
Durante más de 200 años, éstas desarrollaron su actividad exclusivamente en el territorio de la parroquia de la Magdalena, para la cual fueron una auténtica bendición del Señor. Su vida y su apostolado fueron humildes en su nacimiento y escondidos en el tiempo: pero aquella semilla sembrada por una mano de apóstol con un corazón del padre, como el de San Jerónimo Emiliani, halló en el escondimiento y en la humildad el terreno fecundo para su transformación, para una muerte que es vida, una vida fecunda y rica en frutos. La semilla desbordaba vida, y por eso pudo desarrollarse: a la primera casa de Génova, asilo para huérfanas en su más tierna edad, escuela de párvulos, colegio de enseñanza primaria y de actividades parroquiales, habrían de añadírsele, con el tiempo, muchas otras al servicio de la iglesia y del mundo.
Porque en 1930, algunos Padres Somascos -entre los cuales son de obligada memoria el P. Bortolo Stefani y el P. Giovanni Ferro, que sería después Arzobispo de Reggio Calabria- decidieron dar un nuevo y vigoroso impulso a la Congregación de las Madres Somascas, alargando los horizontes de su actividad apostólica. La bendición del Señor se manifestó inmediatamente con la llegada de nuevas y numerosas vocaciones, gracias también a la colaboración solidaria y fraterna de no pocos religiosos Somascos, entre ellos el P. Cesare Tagliaferro, por entonces maestro de novicios de Somasca y afamado director espiritual de muchas almas.
Son numerosos y admirables los ejemplos de espíritu de sacrificio que flanquearon el trabajo de las Madres en estos años, en los que se echaron los cimientos de un desarrollo constante, en muchos casos, al lado de los Padres. A partir de 1935, las Madres Somascas están en Casale Monferrato, en el Colegio Trevisio; poco después, en Corbetta, en el Teologado de la Orden Somasca; en 1940 llegan a Rapallo, al Instituto Emiliani de los Padres Somascos.
A partir de 1945, el camino ascendente de la Congregación de las Madres Somascas no conoce barreras. En 1948, con la colaboración y consejos del P. Giovanni Salvini, abren su obra emblemática, el “Nido San Girolamo”, en Rapallo, su primera obra “independiente”; en 1951, llegaban a Camino Monferrato, para colaborar con los Padres Somascos en el nuevo Teologado, a servicio de los jóvenes religiosos; y a Ruta de Camogli (GE), donde abren el Insttituto “Clotilde Olivari”; en 1954, en Morosolo de Casciago (VA), la escuela materna “S. Girolamo Emiliani”; en 1955, asumen la dirección del Instituto para huérfanos “Cesarina Gallaman”, en Cherasco-CN. El Colegio Emiliani de GE-Nervi, las residencias de ancianos de S. Margarita Ligure, de corso Solferino de Génova, de Monte Manrenzo (BG), son algunas de las obras que manifiestan su expansión y su apreciado servicio en favor de los pobres y de las personas solas.
En la actualidad, la Congregación de las Madres Somascas sirve a la iglesia y a la sociedad especialmente en Italia; pero se está preparando para abrirse a la misión, invitada por algunos obispos a extender el carisma de San Jerónimo y del Instituto a tierras del Congo, en el corazón de África.
Muy linda informacion. Quisiera me informen sobre la manea de comunicarme con las hermanas ursulinas de Bolivia. O tambien con Domitila, Victoria, Victoriana o Brunilde en Bergamo o Roma o Bolivia. Por favor
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